Crítica: La Deriva, nuevo disco de Vetusta Morla

A estas alturas de la fiesta, ya se habrán publicado docenas de críticas de ‘La Deriva‘, el tercer largo de estudio de Vetusta Morla. Los críticos ya habrán agotado los adjetivos para el disco (prometo no ponerle al lado el tópico ‘esperado’, aunque lo sea), así que no pretenderemos descubrir nada nuevo.

Ya sabe el lector que lo han grabado otra vez en Sonobox, que se pone a la venta el 8 de abril, que el sonido de este album es más crudo y áspero, lejos de la ambientación de ‘Mapas’. Ya se habrán despachado algunos con las manidas comparaciones con ‘Radiohead’. Ya habrá críticos decepcionados y conversos. Pero yo voy a confesarles una cosa: aunque me disfrace, no soy un crítico.

Yo -y todos los que hacemos esta modesta web- no estoy en esto más que por placer. Mañana cuando salga a la venta ‘La Deriva’, como buen friki, bajaré a comprarlo y dejaré la copia promocional en el coche.
Y como no soy crítico, podré decir que después de tres años desde ‘Mapas’, ya tenía ganas de un nuevo disco de ellos. Como son gente inquieta y además saben manejar muy bien los tiempos, me mantuvieron entretenido con la banda sonora de ‘Los Ríos de Alice‘ y con su directo sinfónico pero, a ver, no nos engañemos, cuando uno está esperando un disco nuevo de Vetusta Morla, piensa en otra cosa.
Algo como ‘La Deriva’ precisamente.

Puntuacion EO!: 14/15
‘La Deriva’ se pone a la venta este 8 de abril.
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Porque cuando comienzas la escucha, y te ataca -sí, te ataca- el corte que le da título al disco, te sobreviene un «¡Uf!, están de vuelta y a lo grande«. Sin tregua, el otro corte ya avanzado en su momento, ‘Golpe Maestro‘, otro cañonazo.
«¿Va a ser todo así?» podría preguntarse, asustado, quien disfrutara más de esos ambientes oníricos, melódicos, de ‘Mapas’ en los que profundizaron para ‘Los Ríos de Alice’.   Sí pero no. ‘La mosca en tu pared‘ evoca de inicio esos aires con su melodía de piano y su letra, aunque con Pucho subiendo el tono un poco más y las cuerdas haciendo de las suyas. Para cuando la canción recomienza, uno ya está pensando en que está ante otro de esos grandes cortes de la banda. No queda tiempo para preguntarse si será el favorito del album cuando ‘Fuego‘ ya se está metiendo en la cabeza. Cabrones.

 

Regresan los ritmos más directos con ‘Fiesta Mayor‘. Para entonces ya no sorprende tanto a pesar de los arreglos arriesgados, y hay que darle una segunda escucha para que no parezca ‘la típica canción cañera de Vetusta Morla’.  Afortunadamente, ‘Alto‘ vuelve a bajar el ritmo introduciendo un cierto toque sureño, y en ‘La Grieta‘, lo siento, me destaca la letra nostálgico-cotidiana, esas puras ganas de escapar en las que es difícil no reflejarse («el guiño del cursor, las cartas de amor del banco…»).

Podría haber sido el final del disco, pero no. Quedan cinco cortes más. ‘Pirómanos‘, otra descarga de esas que os harán agitaros en los conciertos, cegados por la luz y la música. ‘Las Salas de espera‘… no me entra de primeras, lo cual quiere decir que existe la posibilidad de que acabe siendo una de mis favoritas. Aunque puestos a entronar a una canción con esas típicas melodías tan clásicas suyas, quizás prefiera ‘Cuarteles de Invierno‘ a pesar de que el estribillo me pareciera algo flojo al principio. Terminando ya, ‘El Tour de Francia‘, una especie de homenaje al verano ‘a la Vetusta Morla’ que a mi me arranca una sonrisa con su aparente inocencia, después de tantas letras que esta vez llevan -no es secreto- bastante carga crítica.
Cerrando ya el disco, ‘Una sonata fantasma‘ vuelve por ese sonido melódico, armonioso, que conecta con Mapas y con ‘Los Ríos de Alice’. Y, qué quereis que os diga, yo voy a ponérmelo otra vez. Y mañana, que cada cual se forme su opinión.

La mía es que mientras sigan sacando discos así, seguiré disfrutándolos como un enano. Y pagando con gusto.

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