Crítica: Home, disco debut de Esther Condal

La relación de Esther Condal con la música viene de lejos aunque este primer disco de la catalana (hay un EP anterior), titulado ‘Home’ (Petit Indie, 2012) haya esperado hasta ahora para ver la luz. Una propuesta que se distingue por su sonido de marcado origen ‘jazzero’ y letras intimistas.

Puntuacion EO!: 12/15
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Esther Condal comenzó a tocar el piano con 7 años, y con 17 el clarinete. Estos dos instrumentos, además de su voz, son acompañados y completados en ‘Home’ por una banda formada por Txema Riera (piano, Rhodes), Joan Motera (Contrabajo), Ramon Prats (Batería), Albert Cirera (saxos y violín) y David Soler (guitarras, pedal Steel), pero también trompetas, vibráfonos, trompas y otros instrumentos que aparecen a lo largo del album, con una evidente apuesta jazz que también transita un poco por los caminos vocales del indie más reciente y que, personalmente, me recordaron el grato descubrimiento de Hindi Zahra.

Componen el album 10 canciones mayoritariamente en inglés, aunque también hay una muestra de francés y de catalán -lengua en que están también los créditos del disco-. Seis son originales compuestas por la propia Esther Condal y las otras cuatro versiones o adaptaciones de temas de gente como Paul Weller (Wild Wood) o Tom Waits (Alice).

Es ‘Home’ un disco delicado y agradable, que transmite cercanía y cotidianeidad y se hace escuchar atentamente, con esa tranquilidad que acostumbrábamos a aplicar en los tiempos del vinilo en que se disfrutaba cada crepitar. La sutil nana ‘Dream’ que arranca el disco, o la sugerente e inspirada ‘Trois beaux oiseaux’, pero también la más radiable y tarareable ‘My word’ son algunos ejemplos claros de ello, que lo hacen tornarse delicioso por momentos.

Editado por la pequeña discográfica ‘Petit Indie’, el cd se presenta en clásica caja transparente con un completo y bien diseñado libreto con fotografías de Emilio Morenatti y Marta Ramoneda.

Un disco que se nota hecho con cariño y que realmente vale la pena pararse a escuchar.

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